Luis Guillermo Solís, presidente de la República, no quiso profundizar en acciones concretas para repeler la huelga que anunció para mañana la organización sindical Patria Justa. Apeló al diálogo y afirmó que su administración estará abierta a atender el clamor de quienes ‘tengan quejas’. Además, aseguró que esta es una “protesta tan legítima como cualquier otra” pero advirtió “con toda consideración y respeto” que el país no está para una huelga indefinida.
Los sindicatos amenazaron con suspender el suministro de combustible, la operación portuaria en Limón y cabe la posibilidad de que algunos servicios médicos públicos no estén disponibles.
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En las últimas dos semanas el Gobierno tuvo reuniones con los grupos sindicales -Patria Justa y el Bloque Unitario Sindical Costarricense (Bussco). No obstante, no se llegó a ningún acuerdo.
El presidente, Luis Guillermo Solís, se refirió a la huelga programada para este lunes 26 de octubre. CRH
“Podrían seguir desarrollándose (las reuniones) a partir del próximo martes. El colectivo Bussco hizo una expresión acotada de protesta, tomamos debida nota en el gobierno y mañana hay una huelga anunciada de Patria Justa. Sin embargo, se ha estado caracterizando durante las últimas horas por una retórica que no corresponde al espíritu que creemos que debe acompañar a la protesta social. Pareciera dirigida a justificar lo injustificable”, dijo Solís esta mañana, en un evento en el Centro Nacional de la Cultura (Cenac).
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El mandatario dijo que su gobierno no tiene las puertas cerradas y quieren mantener el diálogo. Eso sí, aclaró que no está de acuerdo con la eventual suspensión de los servicios públicos.
“El gobierno tiene la obligación de garantizar que eso no ocurra y la vamos a ejercer. Por lo tanto, cuando miro las manifestaciones que -afortunadamente no todos- algunos dirigentes sindicales han hecho en las últimas horas, donde se deja la posibilidad de una huelga indefinida, quiero advertir con toda consideración y respeto que no estamos para eso. Costa Rica no está para estar deteniendo la posibilidad de que la gente reciba sus servicios y que es la obligación del gobierno garantizar que esos servicios sean llevados hasta la ciudadanía”, subrayó Solís.
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“Se está perdiendo la paciencia”
El presidente continuó: “es una protesta tan legítima como cualquier otra, pero también quiero indicar de la manera más fraterna para que esa protesta no vaya más allá de los límites razonables que la sociedad costarricense está dispuesta a tolerar. Se está perdiendo la paciencia”.
Solís dijo que le parecía bien que las ‘reivindicaciones sociales’ de estos grupos se pusieran sobre la mesa de discusión. “La raya también está marcada y la raya es el servicio que no puede ser interrumpido para el colectivo nacional. En esa medida garantizo los esfuerzos del gobierno”, reseñó.
¿Qué pasa si sucede? El presidente aclaró que ‘cada palo debía aguantar su vela’ y que él aguantará la que le toque. Sobre medidas de la Fuerza Pública o de otros entes, indicó que es innecesario puntualizarlo.
“Es todo lo que sea necesario para que no se afecte la vida de los costarricenses. Huelga es huelga, como decía don ‘Pepe’ Figueres y cuando hay una se afecta el trabajo que se hace en las instituciones públicas. No vamos a meter a la policía en operaciones que pongan en tela de juicio la vocación democrática de este país”, argumentó Solís.
No quiso profundizar sobre la posibilidad de declarar ilegal la huelga, ‘porque la huelga ni siquiera ha empezado’.
Los puertos en Limón estarían cerrados a partir de las 6:00 a.m. y el suministro de combustible en los planteles de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) se vería interrumpido en horas tempranas.